Una relación tóxica atrapa a Alma (Maite Perroni), pero aunque vuelque todos sus esfuerzos en superarla, Darío (Alejandro Speitzer) siempre vuelve.
En julio de 2020 Netflix estrenó una serie sorprendente, entre el romance, el deseo y la obsesión, pero con muchos secretos ocultos.
Se trata de Oscuro deseo, una ficción que juega a mezclar escenas de lo más sexy con otras que lindan con lo inquietante.
Consiguiendo como resultado uno de esos placeres culpables a los que engancharse sin remedio.
En ella conocimos a la prestigiosa abogada y profesora universitaria Alma Solares, que pasa un fin de semana con su mejor amiga para ayudarla a «procesar la pena» de su divorcio.
Durante la escapada, Alma conoce a Darío Guerra (Alejandro Speitzer), un chico de 23 años con el que tiene un fogoso escarceo.
Cuando vuelve a casa con su esposo e hija, decidida a olvidar el desliz, pero su vida se transforma en un auténtico infierno.
Lo que empezó como una aventura sin importancia se convierte en una pasión arrebatadora y degenera en una obsesión peligrosa, sacando a la luz secretos de un pasado que los une y condena a todos.
Casi dos años después la plataforma de streaming estrena Oscuro deseo 2, en la que, a través de 15 episodios, Alma tendrá que afrontar sus temores, advertir las nuevas intenciones de Darío, buscar la verdad y hasta lidiar con una investigación policial.
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