Cada 10 de octubre conmemoramos el Día Mundial de la Salud Mental, pero ¿qué es? La OMS la define como: “un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes,

puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar fructífera y productivamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

En nuestro país nunca se ha dado la importancia que merece a la salud mental; son pocos los lugares en el sector público donde se pueden atender estos padecimientos, mientras que los existentes en el sector privado son costosos.

Por otro lado, existen personas que se dedican a dar diversas terapias; sin embargo, sus métodos no son regulados por ninguna entidad, por lo cual se puede poner en riesgo a las personas que requieren de esta atención.

Cada 10 de octubre conmemoramos el Día Mundial de la Salud Mental, pero ¿qué es?

La OMS la define como: “un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar fructífera y productivamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

En nuestro país nunca se ha dado la importancia que merece a la salud mental; son pocos los lugares en el sector público donde se pueden atender estos padecimientos, mientras que los existentes en el sector privado son costosos.

Por otro lado, existen personas que se dedican a dar diversas terapias; sin embargo, sus métodos no son regulados por ninguna entidad, por lo cual se puede poner en riesgo a las personas que requieren de esta atención.

Según cifras del Inegi, en México durante los últimos 10 años ha habido un crecimiento continuo del 16% de incidencia en suicidios; en 2018 ocurrieron 6,710 suicidios, 5.7 por cada 100,000 habitantes;

sin embargo, durante 2020, 7,818 fallecimientos fueron a causa de lesiones autoinfligidas, lo cual representó el 0.7% del total de muertes en el año y una tasa de suicidio de 6.2 por cada 100,000 habitantes.

Es importante resaltar que del 2013 al 2019 el aumento fue de 5.0 a 5.7 por cada 100,000 habitantes, pero el aumento de 2019 a 2020 fue de 5.7 a 6.2 por cada 100,000 habitantes.

Lo cual demuestra un crecimiento exponencial, probablemente muy relacionado a los daños que ha causado la pandemia.

El suicidio no es la única bandera roja

que se ha levantado en temas de salud mental durante esta pandemia, la OMS calculaba con antelación que para el 2020, la depresión sería la segunda causa de discapacidad a nivel mundial, con los acontecimientos actuales esto se vuelve apremiante.

La Secretaría de Salud estima que 15 millones de personas padecen algún trastorno de salud mental en nuestro país, situando la mayor incidencia de suicidios en el rango de los 18 a los 29 años.

En este último año hemos visto un crecimiento importante en depresión y pensamientos suicidas en niñas y niños.

El momento de actuar es hoy, todos debemos poner de nuestra parte para cuidar nuestra salud mental y, por supuesto, la de las personas que nos rodean: familiares, equipo de trabajo, alumnos y un largo etcétera,

pero al gobierno le toca poner énfasis en las políticas públicas, así como al presupuesto que se requiere para su oportuna atención.