Cada vez es más difícil ignorar el daño social y ambiental causado por la fabricación de la ropa. Las tasas de consumo de recursos naturales son estratosféricas, sin mencionar los niveles de contaminación y desperdicio, mientras que las cadenas de suministro globales están marcadas por la explotación.

Y el sector también es responsable de entre el 2% y el 8% de las emisiones globales totales de gases de efecto invernadero, según el estudio.

¿Qué hacer?

El primer paso es visitar tu guardarropa. “Combinar ropa permite que las personas se expresen y se diviertan con la ropa, sin comprar [piezas] nuevas; fuerza la creatividad y hace que las personas realmente usen su ropa. Implica aprender a interactuar con la moda, sin consumismo, y establecer una relación con nuestras cosas”.

¿Por dónde podemos empezar?

“Busca piezas que no hayas usado en meses o más. Una de ellas podría ser una camisa de vestir. Aquí es donde la ropa a juego puede ayudar”.

“Póntela con unos jeans casuales, algo que solo usarías el fin de semana. Agrega un par de zapatos de tacón bajo y un blazer. Al combinar la ropa, has convertido una pieza que solo usaste en un ambiente en algo para usar en innumerables ocasiones”.

“Con la combinación creativa, los vestidos pueden convertirse en faldas o tops, lo viejo vuelve a ser nuevo. Es como si acabaras de ir de compras, sin haber salido nunca de tu guardarropa”

Si compramos calidad, la ropa durará más”.

“Tira, tira, examina la costura. ¿Está limpia y ordenada o llena de hilos sueltos? ¿Puedes ver líneas visibles en los puntos de tensión de la costura? ¿La camisa tiene tiras sobre los hombros para que no se deforme cuando se cuelga? ¿El dobladillo es fuerte o puede desprenderse con facilidad? ¿La tela tiene puntadas descoloridas o más defectos de impresión de los esperados?”

El siguiente paso es tener cuidado.

Lavar menos la ropa

Persiste la idea de que el lavado de alguna manera renueva y refresca, pero en realidad es muy destructivo.

La mayoría de los expertos en ropa sostenible están de acuerdo: lava menos la ropa y lávala con detergentes naturales suaves. Hazlo del revés para evitar que los colores y estampados se desvanezcan.

Considera colgar la ropa ligeramente sucia en el baño mientras se ducha y deje que el vapor haga el trabajo de limpieza. Evita el secado en secadora. Agita la ropa y cuélguela para que se seque. Y celebra los beneficios ambientales de tus nuevas rutinas.

Según Energy Star, el programa de eficiencia energética de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), una lavadora promedio usa más de 93.000 litros de agua al año. Es decir, aproximadamente la mitad de lo que una persona bebe en su vida.

Además del agua, cada vez que lavamos la ropa, arrojamos productos químicos y microfibras de telas sintéticas a cursos de agua ya sobrecargados. Y finalmente, la mayoría de las emisiones producidas durante el período de uso del ciclo de vida de una prenda se generan durante el lavado y secado a máquina.