Los flavonoides son compuestos naturales que se encuentran en las plantas. Estos compuestos tienen una alta actividad antioxidante y varios estudios clínicos indican que la ingesta dietética de flavonoides puede reducir significativamente el riesgo de múltiples tipos de cáncer.

A través de la alimentación, nos protegemos de importantes enfermedades no transmisibles como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.

Por eso, es importante conocer las características, propiedades y composición de los alimentos para poder combinarlos adecuadamente en función de nuestras preferencias y necesidades nutricionales, indica la Fundación Española de la Nutrición (FEN).

En este sentido, las frutas y verduras han demostrado tener unos importantes antioxidantes naturales: polifenoles. Si tenemos en cuenta la estructura química de los polifenoles se diferencian dos tipos: flavonoides y no flavonoides.

Además, la ingesta de flavonoides en las dietas está asociada con la reducción de enfermedades cardiovasculares mortales y sus factores de riesgo. Los flavonoides de manzanas, frutos de bosque y cebollas tienen un impacto positivo en la presión sanguínea, la función vascular y los niveles séricos de lípido.

Salud cardiovascular

Los flavonoides también tienen propiedades que podrían ayudar a prevenir la formación de coágulos sanguíneos. Así lo avalan varios estudios, como la investigación publicada el año pasado en la revista Hypertension de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), que sugiere que los flavonoides en los alimentos como las moras, el vino tinto, las manzanas y las peras pueden influir en las bacterias intestinales de una manera que se reduce la presión arterial.

Desde la asociación, recuerdan que los flavonoides juegan un papel central en las dietas mediterránea, DASH y MIND, los patrones de alimentación más recomendados por los expertos en la salud del corazón y del cerebro. Aunque existen algunas diferencias, los expertos americanos recuerdan que las tres tienen un fuerte enfoque en el consumo de frutas, verduras, nueces y frijoles. Todos ellos ricos en flavonoides.

Alimentos ricos en flavonoides

Se acaban las excusas para no tomar alimentos ricos en este compuesto. Los flavonoides se encuentran en tan amplia gama de frutas, verduras y otros alimentos que no debería ser difícil incluirlos en su dieta. Además, si seguimos la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (cinco piezas de fruta y verduras al día), cumplir con este propósito tampoco supondría grandes cambios en nuestra dieta.

Los flavonoides se encuentran en moras de todo tipo, cerezas, manzanas, uvas, puerros y verduras de hoja verde como espinaca, lechuga romana y col rizada. En concreto, según la FEN, las manzanas aportan cantidades importantes de flavonoides diversos como los flavonoles, catequinas y prociaciadinas. Entre los primeros, el más abundante en esta fruta es la quercetina, aunque también presenta cantidades menores de kaempferol e isorhametina. Por último, las aportan dosis importantes de procianidinas, compuestos con una potente actividad antioxidante.

También se pueden beber. Con las frutas y verduras también pueden hacerse zumos, aunque no es lo ideal porque se extrae mucha de la fibra beneficiosa. Además, las bebidas como el vino tinto y el té, especialmente el té negro o verde, apunta la AHA.