Es común que al pasar mucho tiempo con una persona se empiecen a adoptar ciertas de sus manías: formas de vestir, palabras, gestos o frases. Aunque puede parecer extraño y generar pensamientos negativos hacia nuestra persona, no hay nada de qué preocuparse. Solo se está siendo víctima de la contaminación conductual. Aquí todos los detalles.

La contaminación conductual, conocida en inglés como ‘behavioral contagion’, es aquella particularidad en el comportamiento en la que el receptor adapta o transforma de manera lenta e inconsciente sus actitudes para parecerse al emisor.

¿Por qué ocurre la contaminación conductual? El cerebro busca establecer buenas relaciones sociales y que el ser humano se adecúe a nuevos entornos mentalmente. Así, las acciones no se dan de manera intencional, sino que buscan generar una apariencia similar para que exista una relación más estrecha y confiable.

De esta manera, la persona consigue parecerse al entorno que lo rodea para ser aceptado en un grupo determinado. Es importante que se establezca un límite en la variación de la personalidad, puesto que convertirse en una “marioneta imitadora” generará el efecto contrario: nadie querrá compartir con otro sujeto que actué igual que él siempre.

La ciencia descubrió que existen al menos cinco comportamientos contagiosos a los que es inevitable huirles. ¿Cuáles son? Aquí una lista.

Bostezar al estar en presencia de alguien más que lo hace es uno de los impulsos más difíciles de resistir. Si la relación es cercana con la persona que bosteza, más rápido se contagia la acción.

Es común imitar de forma inconsciente las facciones de otra persona que mira fijamente, como una especie de mímica. Este hecho puede tener un resultado favorable o desfavorable: una sonrisa o el ceño fruncido.

De acuerdo con un estudio realizado por Instituto Neurocientífico de California, ver a otros tomando actos riesgosos de cualquier tipo de forma exitosa impulsa a querer hacer lo mismo. ¿Será este el motivo por el que hacer locuras se realiza generalmente en compañía?

El humor de los compañeros puede afectar de forma negativa. Según un estudio de la Universidad de Florida, aquellos que son tratados mal por sus jefes, suelen tratar mal a sus compañeros de trabajo y se crea una cadena sin fin.

En la Escuela de Medicina Sussex en Brighton se realizó un estudio que demostró que ver a personas temblando o en condiciones de frío puede llegar a afectar al individuo a tal punto de que tenga la misma sensación. Aunque esto no ocurre con el calor.